V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINO AMERICANO Y DEL CARIBE APARE
CIDA
El discípulo mensajero de Cristo
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jun. 14, 6)
EL DISCIPULO MENSAJERO DE CRISTO
La iglesia debe de seguir su misión siguiendo los pasos de Jesús y adoptando sus actitudes, porque como Iglesia, somos responsables de llevar la Buena Nueva a los lugares más apartados y a las personas que aun no conocen el mensaje de salvación y que conociéndolo no lo ponen en práctica. Como verdaderos seguidores y misioneros de Cristo debemos de proclamar el Evangelio no solo de palabras sino con hechos, porque las personas de hoy, esperan ver en la Iglesia el ejemplo vivo de Dios por medio de nuestra propia vida; que hagan cada día nuestras actitudes enamorar a la humanidad mas de Dios, ya que ésta por medio de la globalización ha puesto al creador en un segundo plano.
La primera parte de este documento, induce y plantea, no una situación imaginaria, sino más bien, la verdadera y cruda realidad de nuestro continente, que se ve afectado por problemas como la globalización económica, la corrupción política, la violencia, drogadicción, explotación laboral, abuso sexual, y demás problemas que afectan la moral católica, y que se encuentra en toda la sociedad.
La Iglesia como seguidora de Cristo se ve en la tarea de fortalecer la fe en sus fieles pues esta misma fe ha de afrontar serios retos pues están en juego el desarrollo armónico de la sociedad y de la identidad católica de los pueblos. La sociedad en medio de tantos problemas se ve a veces confundida y es esta misma confusión y desespero las llevan a alejarse de la verdadera doctrina católica y es donde la iglesia debe de actuar enviando a los mensajeros de cristo a anunciar el mensaje de Dios para que por medio de la palabra orientemos hacia la verdad y sincera vida cristiana “una búsqueda de respuestas y sed de Dios”.
El papa ve la globalización como un fenómeno de “relaciones de nivel planetario” considerándolo como un logro de la “familia humana porque favorece el acceso a nuevas tecnologías", mercados y finanzas; también señala que la globalización “comporta el riesgo de los grandes monopolios y de convertir el lucro en valor supremo” Aparecida nos plantea, al discípulo misionero como la solución a los problemas de nuestro continente, y se centra en principio en su formación ¿Podríamos pensar que Aparecida trata como incompleta la formación actual de los seminarios y casas formativas? O ¿Plantea que el acompañamiento vocacional es bajo? Los obispos, solo hacen un llamado a mejorar cada uno de los aspectos que acabamos de plantear, esto, porque, como asegurábamos antes, la Iglesia ve en la juventud, en los candidatos al sacerdocio, la solución al problema de hoy.
América latina y el Caribe es un continente cuya mayoría de población es joven, y ¿Se valora verdaderamente esta riqueza? Los jóvenes, podemos destacar, no tienen miedo a entregarse al servicio de Dios, son valientes, y no se dejan abatir con facilidad; pero así como tienen esas grandes potencialidades, los jóvenes igualmente, son débiles a las opciones que le presenta la sociedad drogas, alcohol, sexo, y demás alegrías efímeras que el mundo trae consigo. La Iglesia debe aprovechar estas potencialidades de los jóvenes con gran especialidad, para que “Se dejen seducir de Cristo” y lleguen a alcanzar la que es la verdadera felicidad, la que no se acaba, la que perdura. En un pueblo tan católico como lo es nuestro continente, lleno de religiosidad popular, grandes actos piadosos, y sobre todo, gran devoción a la Santísima Virgen María, “que es la discípula misionera por excelencia”, que hacen surgir de estos pueblos, inmensidades de vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, con diversidad de carismas “comporta el riesgo de los grandes monopolios y de convertir el lucro en valor supremo” La iglesia como esposa de Cristo tiene el deber de formar en su seno a los verdaderos discípulos misioneros, haciéndolos encontrarse siempre con Cristo para que tengan presente la verdadera misión de entraga a los demás y a la iglesia dando a conocer los valores que constituyen la propia identidad y misión cristiana en el mundo.
Aparecida exhorta a todos los verdaderos misioneros, mensajeros de cristo a catequizar y a enseñar a la sociedad para que tengan verdaderos conocimientos basados en los principios cristianos para que estando unidos a la iglesia de Dios evangelicemos y podamos cambiar los pensamientos y actitudes que se hallan obtenido en el transcurrir de la globalización.
Ya se estarán preguntando, si el anuncio del kerigma no es lo primero que deberíamos hacer, entonces ¿Qué hacer primero? ¿Cómo llegar con plenitud al corazón de esas comunidades? ¿Cómo actuar para que esas comunidades vean en Cristo su salvador, y en la Iglesia católica la solución a todos sus problemas?
Esto no está simplemente en decir, hay que hacer esto y lo otro, ¡No! Al igual que nuestros pastores, detenemos nuestra mirada, en las casas de formación. La solución no está en sacar un catecismo o un libro de misión con temas y talleres, que tristemente, en algunas diócesis se invierte más en esto, que en los pobres, o hasta en la misma misión. La solución está desde la formación de los mismos discípulos, los discípulos misioneros, son “como barro entre tus manos”. El Señor utiliza las manos de todos los formadores de las casas de formación, para moldear sus discípulos en los cuatro ambientes que se plantean en la vida de seminario “Humano-comunitaria, académica, pastoral, espiritual”, y he aquí, que detenemos nuestro camino en la profundización de cada uno d ellos, haciendo énfasis, en lo que, según aparecida, debe ser un proceso de formación integral para el discípulo. El aspecto académico de los seminarios, por decirlo así, es el más estricto, porque no ha de concebirse un discípulo y misionero de Cristo, cuyas bases intelectuales no están bien fundamentadas; el conocimiento de Dios es tan amplio, que cada día, en la misma experiencia discipular se van viendo nuevas manifestaciones de su amor. ¿Pero de qué sirve conocer a Dios y no tenerlo como amigo? Es por eso que otra base fundamental es la espiritual, no ha de imaginarse un consagrado que no ore, no ame la Eucaristía, la liturgia, ¿que clase de discípulo misionero seria este?, para evangelizar debe crearse un gran sentido de oración y de amor por la Eucaristía, y si no se demuestra, ¿Cómo creen que las comunidades han de practicarlo? En este mismo ámbito debe adquirirse un gran amor por la Santísima Virgen María, ya que ella es la discípula y misionera por excelencia, artífice imprescindible de la acción salvadora. La dimensión humano-comunitaria, de igual importancia que las demás, prepara al discípulo para una vida social, la vida consagrada no es individual, es por el contrario, una vida totalmente pública, y jamás ha de darse algo parecido, y en una pastoral misionera, lo que se espera es que todas las personas “tengan los ojos fijos en él”. La dimensión pastoral, a la que se quiere llegar, es en la que se refleja todo lo aprendido, en la que se anuncia a Cristo y su gloriosa pasión y resurrección salvadora, aquí se proyectan a las comunidades todo el ministerio del sacerdocio. Entonces el discípulo misionero, en su anuncio a las comunidades, claro que debe empezar por el kerigma, pero, de una manera mucho más diferente que se ve en los seminarios, por decirlo así, ir inyectando pequeñas dosis de este anuncio gozoso en la situación que viven. Poniendo un ejemplo, en una comunidad decaída por el desempleo, el misionero puede, empezar por decirlo así, por mostrarles como les va a ayudar la Iglesia, e igualmente, ir por ejemplo, mostrando que en la Palabra de Dios, aparece en la bienaventuranzas, “dichosos los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos”. Algo similar, que dejamos a la creatividad y carisma de cada uno de los misioneros de Cristo. Como consagrados en Cristo tenemos el deber de llevar al hombre a su santificación y darle a Dios su glorificación pues la iglesia por medio de la su formación tanto intelectual y misionera del sacerdote es idónea al llevar con verdadero amor y pasión la palabra a la sociedad que están apartados del anuncio salvador debido a diferentes problemas socioculturales que plantea la globalización.
Esta conferencia pues es la invitación a todos los que hacemos parte de la iglesia a llevar la palabra con amor a quienes la necesitan, para que vean en nuestras actitudes a Cristo encarnado y así se puedan llevar a muchos fieles al verdadero conocimiento y a la verdadera vida en Cristo.
Ya que el discípulo es como dos caras de una misma medalla: cuando el discípulo esta enamorado de cristo no deja de anunciar al mundo que solo El nos salva y que es por eso quiere que nos unamos mas a los dogmas de la iglesia para conseguir como buenos bautizados y misioneros amantes de Cristo la salvación mutua tanto personal como comunitaria y llegar a lograr un equilibrio socio
-religioso donde Jesús sea lo primordial para el hombre.
